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Cómo nos comportamos los TLP, buena metáfora
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Cómo nos comportamos los TLP, buena metáfora
EL CAMALEÓN
"Según mi estado de ánimo, cambio de color. Si me siento amenazado el cambio es mucho más intenso, más rápido y desconcertante para aquellos que me rodean.
Mis ojos se mueven en muchas direcciones y de forma independiente: sin una aparente coordinación.
Mi lengua atrapa el alimento que quiero conseguir. Sólo en ese instante parezco adquirir vida y movimiento".
La metáfora del Camaleón refleja muchos aspectos de las personas con TLP. Además de reflejar sus desesperados intentos por adaptarse al medio y a los demás, refleja cómo son percibidas por aquellos de su entorno y el desconcierto que sus cambios pueden causar. Los cambios de color del camaleón reflejan los cambios de carácter que se dan según el estado de ánimo de la persona y que se magnifican si ésta se siente amenazada. Según la situación lo requiera cambia de color. No se trata de una manipulación, sino de un intento de encajar en el entorno. Es un mecanismo de defensa que le permite hacer frente a situaciones, aunque no siempre tiene el resultado que buscan, y con frecuencia eligen el color equivocado.
Los ojos de un camaleón se mueven en muchas direcciones y de forma independiente; las emociones, pensamientos y comportamientos de las personas con TLP funcionan de forma parecida, cada uno es diferente e independiente, cuando deberían funcionar de forma coordinada. Es decir, piensan, sienten y se comportan de forma totalmente diferente y generalmente contraria a lo que quieren transmitir, expresar o mostrar.
La lengua ejemplifica cómo se pueden aferrar a aquello que quieren conseguir. Aunque en el caso del camaleón suele estar relacionado a la alimentación, las personas con TLP en ocasiones "se alimentan" de los demás y se aferran a ellos de forma desesperada. Al igual que el camaleón parece adquirir vida en esos momentos, las personas con TLP actúan de forma impulsiva cuando sus "botones son pulsados", sin pensar ni un solo segundo en las consecuencias de su conducta (especialmente cuando quieren conseguir algo o la atención de alguien). Esto se debe a que cuando una persona se encuentra tan mal y con tan poca esperanza, necesita agarrarse a la energía de otros para seguir, y tiene tan poca confianza en sí misma que las propuestas de los demás son sobrevaloradas y vistas como posibles soluciones a sus problemas.
También he pensado en un camaleón para explicar el comportamiento de la persona con TLP porque el resto del tiempo éste se mueve a cámara lenta, como si esperase una nueva señal del exterior que le haga reaccionar. Del mismo modo, la persona con TLP se aferra a aquello o aquél que le aporte posibles soluciones inmediatas. El resto del tiempo se suele sentir desesperada, apática y vacía, a la espera de una persona o situación que pueda aliviar su dolor, llenar su vacío o hacerla reaccionar.
Fuente: "DIAMANTES EN BRUTO I", Dolores Mosquera (APARTADO A, Conclusión)
"Según mi estado de ánimo, cambio de color. Si me siento amenazado el cambio es mucho más intenso, más rápido y desconcertante para aquellos que me rodean.
Mis ojos se mueven en muchas direcciones y de forma independiente: sin una aparente coordinación.
Mi lengua atrapa el alimento que quiero conseguir. Sólo en ese instante parezco adquirir vida y movimiento".
La metáfora del Camaleón refleja muchos aspectos de las personas con TLP. Además de reflejar sus desesperados intentos por adaptarse al medio y a los demás, refleja cómo son percibidas por aquellos de su entorno y el desconcierto que sus cambios pueden causar. Los cambios de color del camaleón reflejan los cambios de carácter que se dan según el estado de ánimo de la persona y que se magnifican si ésta se siente amenazada. Según la situación lo requiera cambia de color. No se trata de una manipulación, sino de un intento de encajar en el entorno. Es un mecanismo de defensa que le permite hacer frente a situaciones, aunque no siempre tiene el resultado que buscan, y con frecuencia eligen el color equivocado.
Los ojos de un camaleón se mueven en muchas direcciones y de forma independiente; las emociones, pensamientos y comportamientos de las personas con TLP funcionan de forma parecida, cada uno es diferente e independiente, cuando deberían funcionar de forma coordinada. Es decir, piensan, sienten y se comportan de forma totalmente diferente y generalmente contraria a lo que quieren transmitir, expresar o mostrar.
La lengua ejemplifica cómo se pueden aferrar a aquello que quieren conseguir. Aunque en el caso del camaleón suele estar relacionado a la alimentación, las personas con TLP en ocasiones "se alimentan" de los demás y se aferran a ellos de forma desesperada. Al igual que el camaleón parece adquirir vida en esos momentos, las personas con TLP actúan de forma impulsiva cuando sus "botones son pulsados", sin pensar ni un solo segundo en las consecuencias de su conducta (especialmente cuando quieren conseguir algo o la atención de alguien). Esto se debe a que cuando una persona se encuentra tan mal y con tan poca esperanza, necesita agarrarse a la energía de otros para seguir, y tiene tan poca confianza en sí misma que las propuestas de los demás son sobrevaloradas y vistas como posibles soluciones a sus problemas.
También he pensado en un camaleón para explicar el comportamiento de la persona con TLP porque el resto del tiempo éste se mueve a cámara lenta, como si esperase una nueva señal del exterior que le haga reaccionar. Del mismo modo, la persona con TLP se aferra a aquello o aquél que le aporte posibles soluciones inmediatas. El resto del tiempo se suele sentir desesperada, apática y vacía, a la espera de una persona o situación que pueda aliviar su dolor, llenar su vacío o hacerla reaccionar.
Fuente: "DIAMANTES EN BRUTO I", Dolores Mosquera (APARTADO A, Conclusión)
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